La medida permitirá a las empresas japonesas invertir en la industria gasista y petrolera de Irán, asimismo, abre la puerta a los bancos nipones para trabajar con las instituciones financieras del país persa.
En 2004 Japón recibió la concesión del 75 por ciento del proyecto, pero tras la implantación de las sanciones a Irán, su cuota se redujo hasta un 10 por ciento en 2006.
En septiembre de 2010 la petrolera japonesa IMPEX abandonó el proyecto después de que EEUU amenazara con incluirla en su lista negra, lo que le habría generado problemas para realizar transacciones con otras compañías e instituciones financieras norteamericanas.
Según el diario, China sustituyó a Japón, pero actualmente el contrato está suspendido por los retrasos en la explotación de Azadegan.
Tema: Implementación del acuerdo sobre Irán
Japón busca garantizar su seguridad energética y diversificar las fuentes de materias primas, ya que actualmente el 50 por ciento de sus importaciones de hidrocarburos proviene de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.