El exmagistrado, que estuvo en Londres con su defendido hace escasamente dos semanas, explica que "Ecuador nos trata perfectamente", pero se trata de una situación estancada en la que "no se puede salir" lo que conlleva "graves problemas incluso para la asistencia médica".
Una situación que "quebranta todos los tratados y convenios que garantizan la buena atención que deben tener personas que están sometidas a un procedimiento y privadas de libertad", afirma el abogado que tuvo a su cargo la investigación de algunos de los delitos de mayor relevancia que se produjeron en España en los años ochenta y noventa: crímenes contra la humanidad, terrorismo, terrorismo de Estado, narcotráfico, corrupción política y delincuencia económica.
Garzón está a la espera de recibir una comunicación ante la denuncia realizada porque la Fiscalía británica aconsejó a la sueca no practicar el interrogatorio de Assange en Reino Unido.
De momento "no se ha recibido formalmente una comunicación más allá de la insistencia de continuar el procedimiento", señala el jurista: "Sí se ha comunicado a las autoridades británicas que varios de los cargos habían prescrito y estamos todavía a la espera de que se concrete el posible acuerdo de cooperación jurídica internacional entre Ecuador y el reino de Suecia", explica a esta agencia.
"Nosotros siempre hemos puesto de manifiesto el interés en cooperar y en colaborar, pero siempre que se garantice el derecho de defensa y se cumpla la legislación ecuatoriana porque esa es la jurisdicción en la que está Assange ahora mismo" al estar asilado en la embajada de Ecuador en Londres.
Assange lleva "un mayor tiempo" y en una situación que "no tiene ningún tipo de salida, que es más compleja, porque no se trata solo de un asilo sino que hay un tercer país que es Suecia, que reclama su entrega y otro país como EEUU que está adelantado un proceso secreto en este momento contra él".
El jurista español cree que "el impacto que tuvo la publicación de Wikileaks es lo que ha llevado a una situación en la que la indefensión de Julian es absolutamente clave".
Snowden tiene un perfil diferente, pero tanto en un caso como en otro "están en juego unos valores muy esenciales", y especialmente con Assange "el derecho al acceso a la información y el derecho a la libertad de expresión que claramente se ve menoscabado" concluye Garzón.