El proyecto del EI, que según el dirigente se gestó con la denominada "primavera árabe", ha cobrado fuerza gracias a la política ambigua de ciertas potencias mundiales y regionales que mediante esta vía trataron de alcanzar sus propios objetivos.
Los países que están detrás del EI, denunció el jefe del FSB, tratan de conseguir sus objetivos estratégicos en Asia y África.
Además subrayó que el EI y las fuerzas que le apoyan han cambiado cardinalmente el mapa político y religioso en Oriente Medio y el norte de África.
"Con ayuda de tecnologías modernas de propaganda han sembrado entre las amplías capas de la población musulmana la desconfianza en las instituciones estatales y han desvirtuado los valores tradicionales del islam", apuntó.
Asimismo, constató que el EI, el Frente Al Nusra y otros grupos han logrado difundir la ideología extremista y captar a los jóvenes.
"Para preparar a sus adeptos los terroristas han creado una gran red de campos de entrenamiento en Siria e Irak, así como en los países vecinos", indicó Bórtnikov, al añadir que le han jurado lealtad al EI los líderes de las agrupaciones terroristas que actúan en África, Europa y el sudeste de Asia.
El EI es a día de hoy una de las peores amenazas para la seguridad mundial.
En tres años los terroristas han tomado el control de vastas zonas de Irak y Siria, con una superficie total de hasta 90.000 kilómetros cuadrados y pretenden extender su influencia en el norte de África, particularmente en Libia.