"El Consejo no ha podido concretar una definición clara del concepto ´desarrollo sostenible´, lo cual ha generado irregularidades, por parte de Canadá, que durante su presidencia en el organismo ha creado una estructura especial llamada Consejo Económico Ártico (CEA)", se señala en un informe del grupo.
En un principio, afirman los ecologistas, el CEA fue ideado para apoyar a la pequeña y mediana empresa y los pueblos originarios, pero pronto se convirtió en una asociación de las corporaciones extractoras que no defienden los intereses de nadie, excepto los suyos.
"El Consejo Ártico que fue creado para garantizar el desarrollo sostenible de la región, la protección del entorno y la defensa de los pueblos autóctonos de esa región, se está politizando y corre el riesgo de transformarse en un club de petroleros que promueven sus propios intereses", denunció Greenpeace.
En este sentido el informe plantea recomendaciones para mejorar el trabajo del Consejo, poniendo esperanzas en EEUU que desde este viernes releva a Canadá al frente del organismo.
La transferencia oficial del mandato tendrá lugar en la reunión ministerial que acogerá hoy la ciudad canadiense de Iqaluit.
Los ecologistas estiman que Washington tiene una actitud más seria respecto a los problemas del medio ambiente, como el cambio climático, frente al cual Canadá ha hecho poco en los últimos años.
El Consejo Ártico está integrado por Dinamarca, Islandia, Canadá, Noruega, Rusia, EEUU, Finlandia y Suecia.
Su misión es coordinar la cooperación en el área medioambiental y promover el desarrollo sostenible de las zonas árticas.