“Ante la retirada de las tropas de coalición internacional de Afganistán, nuestras Fuerzas Armadas deben estar preparadas para cualquier desarrollo de la situación, incluso el escenario más negativo”, dijo.
Destacó la necesidad de elevar las capacidades militares de Tayikistán y Kirguistán y aumentar la cantidad de bases aéreas rusas en estos países.
Dijo también que Rusia apoya los programas para modernizar los ejércitos nacionales de estos estados.
Después de la retirada de las tropas de la coalición de la OTAN a finales de este año, en Afganistán quedarán unos 12.500 soldados extranjeros con el objetivo de entrenar a las fuerzas afganas y apoyar las operaciones antiterroristas.