"Lo que esperamos y deseamos fervientemente es que esto se traduzca en una mejora del nivel de bienestar del pueblo cubano y en una mejora de los estándares democráticos del mismo, que sea bueno para la democracia, los derechos humanos y el pueblo cubano", insistió ante los periodistas que le esperaban en Bruselas, antes de empezar la reunión del Partido Popular Europeo.
"Nosotros siempre hemos estado donde seguimos estando en este momento: nos gustaría que hubiera democracia, derechos humanos y que el pueblo cubano progresara", contestó el mandatario al ser preguntado si este deshielo cambiará las relaciones entre Madrid y La Habana.
Por su parte, Javier Solana, ex alto representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea entre 1999 y 2009 valoró, en unas declaraciones a la Cadena Ser, que "aunque el restablecimiento de las relaciones era esperado, lo inesperado es que haya sido ahora".
Solana cree que el acuerdo "es un acto extraordinario que demuestra que los presidentes americanos, cuando parecen agotados, son capaces de cosas muy grandes".
Para el también ex comandante en jefe de la EUFOR, el restablecimiento de relaciones diplomáticas "permite a Washington diseñar una nueva política para América Latina".
Con esta nueva situación, la Casa Blanca, además, "resuelve la preocupación por la creciente influencia que podían tener Rusia y China en Cuba".