"Aquí ya no mueren niños y ancianos (…), pero Kiev ha impuesto un bloqueo económico, por eso el encuentro en Minsk se pospuso", señaló.
También subrayó que un arreglo político permitiría solucionar numerosos problemas económicos en la región.
Las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk no reconocieron la legitimidad del cambio de poder efectuado en febrero en el país.
Kiev lanzó en abril contra los independentistas una operación especial que ya se ha cobrado 4.700 vidas de civiles, más de 10.000 personas sufrieron heridas.
El 5 de septiembre, las partes reunidas en Minsk acordaron con la mediación de Rusia y la OSCE una tregua y un intercambio de prisioneros.
No obstante, las operaciones militares se intensificaron tras las elecciones del 2 de noviembre en las repúblicas autoproclamadas.
De esta manera las dos partes siguen presentando denuncias mutuas de estar violando el alto el fuego.
El 9 de diciembre entró en vigor una nueva tregua pactada entre Kiev y las milicias en un intento de impulsar un alto el fuego duradero y favorecer así una nueva ronda de negociaciones en Minsk con la mediación de Rusia y la OSCE.
Pero la fecha de su celebración ya se pospuso en tres ocasiones. Hace poco, el canciller alemán, Frank-Walter Steinmeier, expresó la esperanza de que pueda realizarse antes del 25 de diciembre.