Un tribunal chino ha sentenciado a penas de cárcel a siete estudiantes del profesor Ilham Tohti, un célebre defensor de los derechos de la comunidad uigur condenado a cadena perpetua.
El Tribunal Intermedio de Urumqi (capital de Xinjiang) ha resuelto que los estudiantes participaron activamente en la página web de Tohti que, según la sentencia, propagaba mensajes independentistas.
Los siete han sido condenados por separatismo a penas que oscilan entre los tres y los siete años, según un abogado del profesor citado por el diario local Global Times.
"El veredicto no es tan duro como esperaba", ha dicho el abogado Li Fangping sobre un juicio que no ha salido publicado en los canales oficiales habituales.
Se desconoce en estos momentos si los condenados tienen intención de apelar.
Seis de los estudiantes son de la etnia uigur, mientras el último es de la etnia yi. Todos habían trabajado en la web Uyghur online, según el tribunal.
Tres de los estudiantes han testificado contra su profesor en la televisión. Tohti y las organizaciones de derechos humanos internacionales han denunciado que esas acusaciones se produjeron bajo condiciones de presión e incluso tortura física.
Los estudiantes habían desaparecido en enero y permanecieron bajo custodia policial hasta que el juicio empezó diez meses después.
Su proceso empezó dos meses después de que Tohti fuera condenado a cadena perpetua por cargos de separatismo en un caso que ha generado indignación en el exterior y múltiples peticiones de liberación.
En aquel juicio se afirmó que Tohti había "hechizado y coaccionado" a los jóvenes estudiantes.
Ilham Tohti, de 44 años, había sido acusado de fomentar la independencia e instigar actos violentos en su provincia natal de Xinjiang, donde reside la etnia minoritaria uigur.
La dureza de su sentencia sorprendió porque no había habido casos en los últimos años de activistas políticos condenados a cadena perpetua y el perfil de Tohti está muy alejado del extremismo.
El ex profesor de la prestigiosa Universidad Minzu de Pekín había planteado dudas sobre las explicaciones oficiales que seguían a atentados uigures, pero desde un perfil moderado, mostrando abiertamente su orgullo de ser chino y su rechazo a la independencia y la violencia.
Su condena fue interpretada por los expertos como la quema de puentes de Pekín para el diálogo con los sectores más posibilistas del conflicto uigur.
Tohti siempre ha defendido que sólo ha utilizado "un papel y un bolígrafo" para pedir con diplomacia el respeto a los derechos humanos de su etnia.
Las sentencias llegan después de un año en el que la violencia étnica se ha intensificado en Xinjiang con cientos de muertos.
