La canciller moldava, Natalia Gherman, al intervenir este viernes en la XXI reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la OSCE, propuso modificar el formato de la misión de mantenimiento de la paz en Transnistria.
"La señora Gherman se ha pronunciado a favor de transformar la actual misión de mantenimiento de la paz en Transnistria en una misión civil bajo mandato internacional", comunicó la Cancillería moldava.
También informó que Gherman ha declarado que los dirigentes de Moldavia se proponen como objetivo estratégico "la búsqueda de una solución política basada en el respeto a la soberanía y la integridad territorial del Estado moldavo y la identificación de un estatus especial para la región de Transnistria".
Los intentos de reformar la misión que se encuentra en la autoproclamada República de Transnistria tienen como objetivo la expulsión de las fuerzas rusas de este territorio rebelde moldavo, declaró en octubre pasado el Ministerio de Exteriores de Rusia.
También indicó que el principal objetivo de las fuerzas políticas que promueven la reforma de la misión existente no es lograr la paz y la estabilidad en la región, sino conseguir a cualquier precio que las fuerzas rusas se marchen de la zona del conflicto.
Moscú opina que la operación de mantenimiento de la paz en Transnistria debe continuar por el carácter único de la misión. En los 22 años de funcionamiento no ha muerto ningún civil, ni ha habido ningún enfrentamiento grave.
Transnistria, donde los rusos y los ucranianos constituyen un 60% de la población, luchó por separarse de Moldavia ya antes del desmoronamiento de la Unión Soviética, temiendo que la propagación del nacionalismo empujara a los moldavos a unirse a Rumanía.
Chisinau perdió el control sobre los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
El mantenimiento de la paz en la zona de conflicto corre a cargo de un contingente de mantenimiento de la paz compuesto de militares rusos, transnistrios, moldavos y observadores militares ucranianos.
Tiráspol lucha por el reconocimiento internacional, Moldavia por su parte le propone autonomía.
