Dos colonos judíos que admitieron haber quemado vehículos en la aldea palestina de Farata, en Cisjordania, firman un acuerdo con el fiscal por el que cumplirán 30 meses de cárcel.
La fiscalía ha alegado que como los dos hombres, Yehuda Landsberg y Yehuda Sabir, asumieron la responsabilidad de sus acciones, se les condenará a "la pena mínima" por los delitos cometidos. Un tercer acusado, Binyamin Richter, afirmó que era inocente y su juicio continuará.
Los tres hombres, residentes de la pequeña colonia Havat Gilad (Cisjordania) –una de las que incluso Israel considera ilegales porque son pequeños asentamientos de caravanas o casas prefabricadas que se han situado en tierra palestina sin permiso del Gobierno israelí– quemaron un camión y varios coches.
Para hacerlo, consiguieron material inflamable, pintura de aerosol, guantes y mascarillas y se desplazaron a Farata el 18 de noviembre de 2013. Además de incendiar vehículos, pintaron con aerosol una estrella de David –símbolo judío– en un muro de piedra de la aldea.
Landsberg y Sabir fueron declarados culpables de conspiración para cometer un delito motivado por el racismo, de incendio en un grupo, y de “corromper la tierra en un grupo” por motivos racistas.
A pesar de que este no es el primer incidente en el que participan los dos hombres, la acusación argumentó que, como han cooperado con las fuerzas de seguridad y han asumido la responsabilidad de sus acciones, sus castigos deben ser indulgentes.
Según la fiscalía, los acusados "han expresado su arrepentimiento por sus acciones (…) y su deseo de apartarse de este camino (de cometer delitos) y actuar según la ley, incluso en las circunstancias en las que se encuentran, en un área habitada por la comunidad palestina, y con las que están descontentos".
Los acusados viven en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. Si un palestino cometiera el mismo delito que ellos contra las propiedades de colonos en tierra palestina no sería juzgado por un tribunal civil sino militar y su condena sería mucho más dura.
La mayoría de los colonos que cometen delitos contra palestinos o sus propiedades en Cisjordania quedan totalmente impunes.
