La polémica por el llamado caso Brown continúa incendiando los debates en los medios de comunicación de EE.UU. En declaraciones a la CNN, Lesley McSpadden, la madre del joven fallecido, se ha declarado convencida de que el agente Darren Wilson miente.
"Es un asesino", dijo el padre de Michael Brown, Michael Browen Sr., sentado en el plató junto a su exesposa.
En un país en el que "1 de cada 15 niños negros tiene un país en la cárcel" mientras sólo "1 de 111 niños blancos se encuentra en la misma situación" (Michael Wiens en el New York Times), el país discute si la decisión del jurado fue condicionada por los prejuicios raciales o se basó en un análisis objetivo de las pruebas presentadas.
Ciertamente las leyes estadounidenses, y así lo ha confirmado el Tribunal Supremo recientemente, otorgan una enorme potestad a los policías para hacer uso de la fuerza, mucha mayor, por ejemplo, que en Europa.
Algunos, como la abogada Michelle Alexander en las páginas del New York Times, llegan a acusar al sistema de "estar amañado legalmente para que los pobres culpables de delitos relativamente menores son condenados regularmente a décadas de cárcel, mientras que los agentes de policía que matan a hombres negros desarmados casi nunca se castigan, y mucho menos son encarcelados".
El presidente Obama ha subrayado que frente a los violentos disturbios vividos en Ferguson hay otras formas de manifestarse, pacíficas, y han sido mayoritarias en la mayoría de las ciudades.
"Hemos visto a mucha gente, aunque haya pasado desapercibido en los medios, uniéndose en protestas pacíficas. Gente joven, organizándose, que ha comenzado a debatir sobre cómo cambiar esta situación, para conseguir que exista más confianza entre las fuerzas policiales y las comunidades, y esas son conversaciones necesarias".
"Este no es un problema de Ferguson", añadió, "es un problema americano, y tenemos que asegurarnos de que estamos en el camino del cambio".
