La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACDH) pidió una investigación urgente y exhaustiva de las denuncias sobre el uso de municiones de racimo en el este de Ucrania que, según un informe del organismo internacional, puede considerarse un crimen de guerra.
"Las informaciones sobre el uso de esas armas, así como sobre los bombardeos desproporcionados deben ser investigadas rápida e exhaustivamente", dice el ya séptimo informe de la misión de la OACDH en Ucrania que se refiere a la situación en el país entre el 17 de septiembre y el 31 de octubre pasados.
Por su gran alcance y acción indiscriminada, "el empleo de municiones de racimo en zonas con población civil supone una violación al derecho humanitario internacional y puede considerarse un crimen de guerra", subraya el texto.
En el documento, la OACDH expresa su preocupación ante las denuncias del uso de proyectiles de racimo en los combates en zonas urbanas y rurales.
También se indica que el Gobierno ucraniano niega la utilización de este tipo de armamento.
Rusia y varias ONG denunciaron con anterioridad el uso de municiones de racimo por las fuerzas gubernamentales en Ucrania Oriental, escenario desde abril pasado de una operación militar de Kiev contra las milicias independentistas locales.
La semana pasada, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) presentó en Ginebra un informe que contiene revelaciones de testigos y valoraciones de expertos que demuestran el uso de sistemas Uragán y Smerch desde los territorios que se encuentran bajo el control de Kiev.
El informe señala, en particular, que durante uno de los bombardeos efectuados con estos sistemas que utilizan proyectiles de racimo, murió el representante del Comité Internacional de la Cruz Roja, Laurent Etienne Du Pasquier, que se encontraba en la calle cerca de la sede del CICR en Donetsk.
