Estados Unidos organizó las llamadas revoluciones de colores, en particular en el espacio postsoviético, a partir del mismo guion que el periodista estadounidense Seymour Hersh describió en relación con el golpe de 1973 contra el Gobierno de Salvador Allende en Chile, opinan los expertos que se reunieron hoy en el Centro del periodismo internacional e investigaciones en Moscú.
"Estados Unidos usan a América Latina como laboratorio para sus investigaciones y para poner en práctica varios escenarios", dijo la colaboradora jefe del Instituto de América Latina (IAL) de la Academia de Ciencias de Rusia, Tatiana Vladímirskaya.
Otro experto del IAL, Aleksandr Jarlámenko, destacó que en Ucrania, así como en Chile, las fuerzas políticas de la ultraderecha jugaron el papel clave para dividir la sociedad.
Sin embargo, Jarlámenko destacó que hay ciertas diferencias entre el caso chileno y los acontecimientos en Ucrania, al recordar que el golpe de estado en Chile fue realizado durante la Guerra Fría y que ese país se distinguía de otros estados de América Latina por "un alto nivel de polarización de clases".
Vladímirskaya, a su vez, indicó que el golpe de estado en Chile provocó en su momento el más amplio rechazo internacional, a diferencia de lo que pasó en Ucrania.
"La impresión generalizada era que el golpe en Chile era resultado de la influencia de EEUU. Prácticamente no había países que no se solidarizaran con el pueblo chileno", dijo.
El director del Instituto de América Latina, Vladímir Davídov, considera necesario "formar de manera más activa los nuevos centros de regulación global, como el BRICS y la OCS" para contrarrestar los intentos de desestabilización por parte de Estados Unidos y sus aliados.
En 1982, el periodista estadounidense Seymour Hersh publicó el artículo llamado "El precio del poder. Kissinger en la Casa Blanca de Nixon". Su investigación periodística se centra en los instrumentos que Washington usó para intervenir en la política interna de Chile tras la llegada al poder del socialista Salvador Allende que, según Hersh, no convenía a Estados Unidos.
