China y Estados Unidos han anunciado hoy un histórico e inesperado acuerdo para recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero en el último día de la cumbre de Cooperación Económica Asia Pacífico.
El pacto no es sólo importante porque ambos son los dos países más contaminantes del mundo, con un 45 % del total de emisiones, sino por el efecto contagio que puede provocar en el resto.
Estados Unidos se ha comprometido a reducir sus emisiones entre un 26 y un 28 % en 2025 respecto al volumen de 2005. Se trata de unas cifras que duplican el compromiso anterior.
China, por su parte, no ha cuantificado la reducción de gases, pero ha prometido que el máximo de emisiones se alcanzará en 2030 y que los niveles bajarán a partir de entonces. También ha asegurado que el 20 % de su energía provendrá de fuentes limpias.
El acuerdo había sido negociado en secreto por ambas cancillerías durante nueve meses. Su anuncio llega antes de lo esperado e insufla optimismo a la cumbre mundial del clima que se celebrará en París el próximo año.
"Esto supone un hito en las relaciones entre Estados Unidos y China", ha dicho Barack Obama, presidente estadounidense, quien calificó el acuerdo de "histórico". "Esto muestra lo que podemos conseguir cuando trabajamos juntos en un reto global urgente", ha continuado.
Xi Jinping, presidente chino, ha asegurado que ambos países se han comprometido a que las negociaciones en París "acaben en un acuerdo".
Los intentos de alcanzar un pacto global para recortar las emisiones han fracasado tradicionalmente por la falta de sintonía entre Estados Unidos y China.
Las dos potencias sólo empezaron a colaborar después de que la cumbre de Copenhague en 2009 estuviera a punto de terminar en un fracaso rotundo, evitado a última hora por un acuerdo bilateral.
Washington pide un mayor recorte a Pekín porque es ya el primer emisor de gases contaminantes, mientras esta apunta a aquella por ser la primera potencia mundial.
Pekín también suele alegar que es una recién llegada al club de los contaminantes y que, a diferencia de los países desarrollados, aún tiene mucha pobreza que erradicar.
Aunque ningún país tiene unos objetivos más ambiciosos ni invierte tanto en energías renovables, su actitud en foros internacionales suele ser poco cooperadora.
El acuerdo de hoy supone el primer compromiso tangible que asume China después de que hasta ahora sus compromisos incorporaran expresiones etéreas como "lo antes posible".
Para Zhao Zhong, coordinador del programa chino de la ONG Pacific Environment, la actitud china está cambiando y cita como ejemplo la reunión que mantendrá un líder de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (el órgano que traza las líneas maestras de actuación china) con una delegación de ONG o la implicación del ministro de Finanzas.
"Antes no sabían nada de las ONG ni querían dialogar con nosotros a pesar de que tenemos un claro interés en las políticas públicas", señala por email. "Después de muchos años de esfuerzos, el ministro empieza a entender a las ONG y nos da su apoyo", finaliza.
El acuerdo supone una victoria diplomática para Obama después de la derrota demócrata en las recientes elecciones. La oposición republicana ya ha advertido de que el plan anunciado "no es realista".
"Será una carga que dejará sobre los hombros de su predecesor y costará una reducción de puestos de trabajo", ha señalado el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell.
