La complicada situación de los cristianos en varios países de Oriente Próximo es consecuencia de la intervención de países occidentales en su política, opinan participantes de una mesa redonda celebrada en Moscú en el marco del foro "La Rusia Ortodoxa".
"La persecución de los cristianos es resultado de la injerencia de Occidente en la política interior de los países de Oriente Próximo", dijo el jefe del Departamento de Información de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, Vladímir Legoida.
No reconocer este problema, según él, significa negar su propia responsabilidad por lo que está sucediendo.
El embajador de Siria en Rusia, Riad Haddad, agregó a su vez que "los cristianos y otras minorías religiosas fueron el blanco principal de los terroristas" al destacar que precisamente Occidente "provocó esta situación".
"Los aliados que se esconden detrás de palabras hermosas acerca de la democracia son unos embusteros y el doble rasero que Occidente aplica en todas partes es una muestra elocuente de ello", dijo el diplomático.
Lo que está sucediendo en Ucrania, según Haddad, es "el ejemplo de una actividad criminal, de cómo se usa la fuerza para cambiar el régimen tras una derrota en las urnas".
