La reina Isabel ha colocado esta mañana una corona de flores en el cenotafio de Londres en recuerdo de los soldados caídos en las guerras mundiales en una ceremonia que simboliza la unidad nacional y aboga por la reconciliación de las antiguas colonias del Imperio británico.
El ´Domingo de Rememoración´ tiene especial relevancia este año en que se conmemora el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, el 70 aniversario del desembarco de las fuerzas aliadas en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial y el repliegue de las tropas de combate desde Afganistán.
Tras dos minutos de silencio, marcados por el sonido de una bala disparada por un artillero del regimiento real, distinguidos miembros de la Casa de Windsor, el Gobierno y las fuerzas armadas británicas, así como representantes de los países de la Commonwealth y antiguos territorios dependientes depositaron sendas ofrendas florales ante el monumento de Whitehall, en el barrio de Westminster.
Irlanda estuvo representada por primera vez en el cenotafio en homenaje a los soldados que murieron junto a las tropas británicas en los frentes de la Primera Guerra Mundial.
Decenas de miles de personas se unieron a la conmemoración en el centro de Londres, entre dispositivos reforzados de seguridad. La alerta terrorista se ha intensificado en los últimos días con la detención en Londres de cuatro individuos sobre los que cunde la sospecha de que tramaban un atentado este ´domingo del recuerdo militar´.
Scotland Yard indicó por la mañana que la operación de seguridad y despliegue de efectivos será "apropiada y proporcionada" a lo largo de la jornada. El resto de fuerzas policiales también redoblaron la vigilancia durante los eventos conmemorativos que se están celebrando en las principales ciudades del país.
Más de 10.000 veteranos y miembros activos de los tres Ejércitos británicos desfilaron por Whitehall seguidos de voluntarios de los servicios de emergencia y familiares de los soldados caídos en el frente.
Entre ellos, los colegas y las familias de los más de 600 soldados muertos en Irak y Afganistán en los últimos años. Anteponiéndose a la memoria, se sentía también el riesgo real de la continuidad de los conflictos armados y las tensiones políticas un siglo después del inicio de una "guerra que pondrá fin a todas las guerras", según se dijo entonces.
El Jefe del Estado Mayor, el general Nicholas Houghton, advirtió en la BBC de que "no podemos sucumbir" pese a la "cercanía del sentimiento de amenaza". El riesgo a la seguridad y estabilidad internacional procede principalmente del Estado Islámico y, como observó ayer el ex presidente soviético Mikhail Gordachov, de la reapertura de la Guerra Fría.
