La frontera entre Turquía y Siria está abierta solo con fines humanitarios para prevenir que ciudadanos turcos participen en el conflicto sirio, declaró el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.
“No queremos que nuestros ciudadanos combatan en Siria y tratamos de detener a los que cruzan ilegalmente la frontera”, dijo.
Lamentó la muerte de ciudadanos de Turquía de origen kurdo en la ciudad siria de Kobani asaltada por los extremistas del Estado Islámico.
Los yihadistas del EI llevan tres semanas atacando la ciudad de Kobani, situada en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía y considerada uno de los mayores centros de la administración autónoma kurda.
El Gobierno turco se abstiene de intervenir en el conflicto en Siria. Como resultado, las protestas de la población kurda de Turquía contra la política de no injerencia de Ankara han culminado en desórdenes masivos en muchas provincias.
A pesar de todo, Turquía ya recibió a más de 172.000 kurdos de Siria y actualmente acoge un total de unos 1,5 millones de refugiados sirios.
