Los temores de que Rusia no respeta la integridad territorial de Ucrania, surgidos en Occidente a raíz del envío de un convoy humanitario ruso al este ucraniano, se disiparán en breve, declaró este lunes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
“Creo que se disiparán (los temores) de Europa y también de EEUU”, dijo Lavrov a la pregunta sobre qué medidas prevé adoptar Rusia para recuperar la confianza de Occidente.
Agregó que “la soberanía y la integridad territorial de un Estado las debe garantizar, en primer lugar, el propio Estado”.
“En numerosos documentos de la ONU se dice claramente que todos deben respetar la soberanía y la integridad territorial del Estado que dentro de sus fronteras garantiza el derecho de pueblos a la autodeterminación y no emplea la fuerza para privar a sus ciudadanos de este derecho”.
Según Lavrov, “hay que partir” de esas premisas.
El convoy, formado originalmente por unos 280 camiones Kamaz, había partido el 12 de agosto de la provincia de Moscú rumbo a Ucrania con un cargamento que incluía 400 toneladas de granos, 100 toneladas de azúcar, 54 toneladas de fármacos e instrumental médico, 12.000 sacos de dormir y 69 generadores eléctricos para la población del este de Ucrania.
Los vehículos permanecieron varios días en la frontera a la espera de que Kiev, Moscú y el Comité Internacional de la Cruz Roja consensuaran todos los detalles de la operación, hasta que el 22 de agosto Rusia decidió que era inadmisible seguir retrasando el envío de la ayuda e introdujo el convoy en Ucrania.
Ucrania y algunos países occidentales condenaron la decisión de Moscú al afirmar que se trataba de "una violación de la frontera". Por su parte, los vecinos de Lugansk recibieron la ayuda humanitaria con júbilo.
