Un grupo de organizaciones internacionales pidió a EEUU, México y países centroamericanos no militarizar las fronteras como estrategia para enfrentar el tema de los niños migrantes sin acompañante, y atacar las causas que provocan el éxodo: la violencia, la pobreza y la falta de educación.
"Necesitamos que las políticas de los gobiernos sean enfocadas con el fin supremo de la protección de la niñez", dijo a la prensa Marcia Aguiluz, directora del Programa para Centroamérica y México del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por sus siglas en inglés).
"No hay asistencia humanitaria, ni protección de vida de menores y no se cumplen los protocolos para retornan a una persona a su país de origen", lamentó a su turno Eric Vidal, del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH).
“México está haciendo lo mismo que Estados Unidos, abordando el tema de manera militar y cerrando las fronteras”, cuestionó Vidal, al comentar la detención por la Patrulla Fronteriza de EEUU de miles de niños y niñas migrantes que cruzan ilegalmente desde México solos.
Más de 57.000 niños sin acompañantes adultos, centroamericanos y mexicanos, han sido detenidos por la patrulla migratoria de Estados Unidos en la zona fronteriza con México en unos 10 meses, el doble del niños detenidos en todo 2012 y casi cinco veces más que 2011.
La prohibición de las autoridades mexicanas a los migrantes de subir a los techos de los vagones de “La Bestia”, como es apodado el tren que cruza de sur a norte México, “no va a detener el flujo migratorio. Hay que ir al centro del problema: mejorar las condiciones de vida”, dijo Aguiluz.
Los organismos humanitarios ofrecieron sus evaluaciones en el marco de un periodo extraordinario de sesiones en México de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que realizó esta semana para analizar la migración y el tráfico ilegal de personas en América Latina, en particular niños y mujeres que intentan entrar en Estados Unidos sin documentos.
Para los infantes y adolescentes “es un problema de sobrevivencia”, dijo por su parte la activista humanitaria Brenda Mejía, del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC).
Ese organismo mencionó elevadas cifras de violencia relacionada con el narcotráfico, el crimen organizado y reclutamiento forzoso por parte de las pandillas y traficantes de personas, sobre todo mujeres y menores.
En Honduras, Casa Alianza reportó 9,475 muertes violentas de jóvenes menores de 23 años entre 2008 y el 2014, un promedio de tres jóvenes por día; y en caso de El Salvador, de los más de 61,000 menores detenidos al tratar de ingresar en Estados Unidos, 14.591 son salvadoreños.
Los jóvenes y niños deportados por Estados Unidos "están regresando a comunidades carentes de condiciones para ofrecerles paz y seguridad" alertó.
El organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó audiencias públicas en el Palacio de Minería, un antiguo edificio del Centro Histórico de la Ciudad de México, para examinar el estado de los derechos humanos en el continente.
