Un tribunal de Hong Kong ha escuchado hoy el caso de un matrimonio de ancianos que fue asesinado, despedazado, salado, cocinado y empaquetado en cajas de comida para llevar por su hijo y un amigo.
El suceso, que ha conmocionado a la excolonia británica, fue descubierto en marzo pasado en el distrito de Tai Kwok Tsui.
La policía acudió al apartamento de Henry Chau, de 30 años, días después de la desaparición de sus padres, Chau Wing-ki, de 65 años, y Siu Yuet-yee, de 62. Su hijo había explicado que ambos estaban de vacaciones en la China del interior, pero la policía no encontró registros de salida.
Los agentes hallaron un apartamento aún con numerosos rastros de sangre y las cabezas de las víctimas en el congelador. El resto de sus cuerpos estaban en un cubo de basura, empaquetados en pequeñas cajas y ya cocinados en microondas. El hijo se ha declarado culpable de los cargos de doble asesinato, mientras su cómplice, Tse Chun-kei, se ha declarado inocente.
El hijo, que había confesado sus crímenes en un grupo de internet, explicó que había mentido a la policía para ganar tiempo con el que despedirse antes de ingresar en prisión. “Mi socio y yo planeamos convertirlo en un caso de personas desaparecidas y desembarazarnos de los cuerpos trozo a trozo”, contó en internet. Chau también se define como un psicópata incapaz de empatizar con el dolor ajeno y asegura que los asesinatos se produjeron en medio de una crisis emocional.
La Fiscalía niega su versión y subraya la planificación de meses, durante los cuales los acusados compraron numerosos cuchillos, neveras, dos microondas e incluso una olla para cocinar arroz.
