El subsecretario de Seguridad y Grandes Eventos de Río de Janeiro y responsable por los esquemas de seguridad en la ciudad desde 2010, Roberto Alzir, analizó en entrevista con Nóvosti los desafíos de la preparación de un evento sin precedentes en Brasil.
Para Alzir, la experiencia adquirida por la ciudad en los últimos años es el principal aval con el que cuenta la ciudad a la hora de garantizar la seguridad en el evento.
"Río de Janeiro pasó desde 2007 por los Juegos Panamericanos, Río +20, Copa de las Confederaciones, Jornadas Mundiales de la Juventud y la Copa del Mundo. Gracias a esa experiencia acumulada ya podemos decir que partimos con el 80% del esquema de seguridad montado", afirmó.
En su opinión, las conclusiones extraídas tras organizar los dispositivos de seguridad del Mundial –cabe recordar que en la final hubo 25.000 agentes movilizados en Río de Janeiro– serán decisivos a la hora de preparar Río 2016.
Sin embargo, el subsecretario reconoció que algunos sucesos ocurridos durante el Mundial superaron las expectativas de seguridad y obligaron a una completa revisión de las estrategias.
"Con sucesos como la invasión del Maracaná por los aficionados chilenos nos dimos cuenta de la importancia de cooperar con la seguridad privada de los eventos de una manera más eficiente. La invasión fue un fallo tanto de la FIFA como de nuestro dispositivo, pero nadie podía imaginar que 5.000 personas intentarían invadir de forma coordinada uno de los portones de prensa. Esto nos hizo mejorar mucho el resto de partidos".
La magnitud de los eventos deportivos internacionales preocupa especialmente al político quien señaló que "tareas como desembarcar 42.000 personas de una estación de metro situada a 800 metros del estadio de Maracaná fueron labores titánicas para la seguridad".
Por todo ello, las dificultades encontradas durante el Mundial servirán de base para la elaboración del próximo esquema de seguridad en los próximos meses.
"En el mes de agosto presentaremos un informe al gobierno federal de cada uno de los proyectos de seguridad en la ciudad tras el Mundial, en función de las conclusiones montaremos un esquema de seguridad para Rio 2016 que responda a las características de un evento mucho mayor y más difuso", aclaró.
Otro aspecto que el subsecretario destacó es el intenso esfuerzo desde 2010 para adecuar la seguridad de la ciudad al nivel exigido por los grandes eventos internacionales.
"Desde 2010 hemos invertido en torno a 1.000 millones de dólares en equipamientos y programas de seguridad. Nuestras policías de élite, BOPE y CORE, han tenido todos sus equipamientos renovados, también en materia de antidisturbios nos hemos adaptado a los más altos estándares mundiales incluso recibiendo formación de cuerpos especializados como la Policía Nacional de España", apuntó mientras que recordó que en la actualidad la Policía Militar dispone de "nuevo armamento no letal, seguimiento aéreo en tiempo real de las protestas, policía a caballo, policía canina, comisarías móviles para la mejor atención a los ciudadanos en las inmediaciones de los recintos deportivos, etc.".
El subsecretario calcula en "unos 400 millones de dólares" el presupuesto del que todavía dispone la ciudad para preparar la seguridad de Río 2016.
Atendiendo a una de las cuestiones que más críticas han propiciado hacia la Policía Militar en los últimos tiempos, relativas a una posible desmilitarización del cuerpo, Alzir replicó: "En Canadá la policía montada es militar y es una de las mejor consideradas del mundo. Se trata de tener una policía militar que retome el contacto con el ciudadano y abandone la postura hostil. Hace 10 años en Río de Janeiro los manifestantes no serían recibidos con gases lacrimógenos sino con porrazos en la cabeza. Hemos avanzado mucho porque son cuestiones que se arrastran desde la dictadura militar y sobre las que estamos trabajando".
Por otro lado, Alzir consideró básico continuar con el proceso de pacificación de las favelas de Río de Janeiro y la instalación de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en los territorios controlados.
"El proyecto de las UPP era el de recuperar el control efectivo sobre territorios controlados con el tráfico y ya hemos cumplido el 95% del mismo, ha sido todo un éxito", manifestó el subsecretario quien quiso recordar que "hace unos años cualquier entrada de la policía en el Complexo de Alemao era, como mínimo, una docena de muertos y podían oírse los tiros de fusil en medio de Copacabana"
En este sentido, Alzir quiso relativizar los enfrentamientos entre narcotraficantes y policía en las últimas semanas al apuntar que "hoy día los enfrentamientos son puntuales y lo que estamos viendo es posiblemente el último respiro del narcotráfico en la ciudad".
En su opinión, el uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad de los eventos deportivos, algo que causó mucha impresión en algunas delegaciones durante el Mundial, no supondrá ningún dilema.
"Siempre que podamos contaremos con el apoyo del gobierno federal y si fuera preciso de las Fuerzas Armadas. Creo que a pesar del impacto que crea de cara al exterior el uso de las Fuerzas Armadas preferimos anteponer el hecho de garantizar la seguridad del evento antes que la imagen que podemos generar al exterior", aclaró.
Por último el subsecretario se mostró muy optimista con el reto de Río 2016 aunque reconoció que las expectativas generadas pueden jugar en contra: "Contaremos con un público más comportado en los JJOO que en Mundial de fútbol. Sin embargo, tras el éxito del Mundial las expectativas están muy altas y es una presión muy alta. Esperamos tener unos Juegos que coronen el ciclo de grandes eventos en la ciudad".
