Los expertos entrevistados por esta agencia responsabilizan al Gobierno ucraniano de la catástrofe del Boeing 777 de Malaysia Airlines, señalando que Kiev subestimó el peligro que presenta la zona de combates para los vuelos.
El 21 de julio, el Ministerio de Defensa ruso hizo del dominio público los datos del control objetivo de la situación que existió en la provincia de Donetsk antes de estrellarse el Boeing: excesiva actividad de radares ucranianos en el día de la tragedia, un sistema Buk emplazado cerca de la zona controlada por los milicianos y un avión militar que se acercó al Boeing justamente antes de producirse la catástrofe.
Los juristas y los expertos de aviación insisten en que la responsabilidad por la tragedia recae sobre las autoridades ucranianas, indistintamente de las conclusiones que haga la comisión que investiga este accidente aéreo.
Peligro subestimado
Según la norma DOC 9554/932 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la responsabilidad por la tragedia recae sobre Ucrania, país que al ratificar en 2003 el Convenio de Chicago se hizo miembro de este organismo, dijo el director del Instituto Independiente del Derecho Internacional y experto de la OACI, Vitali Bordunov.
Recordó que de existir sospechas de que en el territorio a sobrevolar puedan usarse armas contra el aparato aéreo, las autoridades deben cerrarlo para los vuelos.
Según otro documento internacional, DOC 9554/932, los Estados están obligados a tomar medidas para garantizar la seguridad de los vuelos internacionales en las zonas de conflictos.
Este documento prescribe al Estado valorar el peligro real o potencial que parte de la respectiva zona y emitir la notificación, NOTAM, con recomendaciones sobre las medidas de seguridad, en particular estar advirtiendo constantemente a las tripulaciones de que deben estar ojo avizor al sobrevolar tal zona.
El capitán de Aeroflot, Andréi Litvínov, por su parte afirmó: “El orden en el país es la responsabilidad de su Gobierno, igual que la seguridad de los vuelos”.
Según el famoso bloguero Iliá Valíev, Ucrania probablemente no quiso cerrar su espacio aéreo para evitar pérdidas financieras. El Estado cobra alrededor de 78 dólares por cada 100 kilómetros de vuelo de un avión extranjero. Y es que la intensidad del movimiento en el espacio aéreo ucraniano actualmente se redujo drásticamente. Las compañías aéreas prefieren realizar vuelos sobre Turquía, Georgia, Bielorrusia, Lituania y Letonia, según datos de flightradar24.
Las autoridades aéreas ucranianas de momento no respondieron a la pregunta de esta agencia si fueron cumplidas las prescripciones de la OACI para evitar la catástrofe.
Conclusiones
“Al producirse un siniestro aéreo, el Estado con sentido de responsabilidad debe crear inmediatamente una comisión para investigarlo, invitando a todas las partes interesadas. En este caso concreto, debían ser expertos de Malasia, Holanda y de la compañía Boeing. Ucrania no lo hizo. Además, el descifrado de los datos de los registradores de vuelo fue encargado a expertos británicos, lo que no puede menos que extrañar. Pues Gran Bretaña fue entre los primeros que acusaron a Rusia de la catástrofe, sin esperar los resultados de la investigación”, señaló Bordunov.
Según el experto, los Estados miembros de la OACI deben celebrar una reunión para elaborar medidas complementarias con el fin de impedir la repetición de tal guion en el futuro.
