El presidente chino, Xi Jinping, criticó el viernes en Seúl la polémica revisión de la Constitución pacifista japonesa para obtener el derecho a la autodefensa colectiva, al recordar el pasado militarista de Japón.
"En la primera mitad del siglo XX los militaristas japoneses emprendieron brutales guerras de agresión contra China y Corea", recordó Xi en un discurso en la Universidad Nacional de Seúl, en su segundo día de visita oficial a la capital surcoreana.
El presidente chino recordó que estas guerras llevaron a la anexión de Corea y la ocupación de la mitad de la parte continental de China que siguen produciendo disputas diplomáticas casi un siglo después.
La visita de Xi a Seúl se entiende en lenguaje diplomático como un desdén a Corea del Norte, tradicional aliado de Pekín. El viaje rompe la tradición protocolaria de los líderes chinos consistente en pisar primero Pyongyang y después Seúl.
Esta es la quinta vez que Xi se reúne con Park Geun-hye, su homóloga surcoreana, desde que esta alcanzara el poder el pasado año. Xi aún no ha visto personalmente a Kim Jong-un, el líder norcoreano.
Pyongyang ha respondido a la cumbre con tres rondas de lanzamientos de misiles de corto alcance y misiles en la semana previa, la última de ellas ayer. Los líderes norcoreanos han amenazado con continuar los lanzamientos y, según Seúl, planea un cuarto ensayo nuclear.
El juicio de dos turistas estadounidenses en Pyongyang y el estreno de una película de Hollywood en la que el líder norcoreano es asesinado han incrementado la tensión con Washington. La agencia de noticias Xinhua ha culpado más a Estados Unidos que a Corea del Norte del conflicto.
“La obsesión contraproducente de Washington con sus sanciones e intimidaciones, junto con la comprensible sensación de inseguridad y violaciones de las resoluciones de la ONU de Pyongyang, no han hecho más que exacerbar la enemistad”, aseguró en un comentario.
La desnuclearización de la península coreana y la consecución de un estado de paz duradero están en el centro de las conversaciones y en Seúl se aprecia un mayor compromiso de Pekín por solucionar un conflicto enquistado durante décadas.
Una encuesta del Instituto Asan de Estudios Políticos muestra que las dos terceras partes de los encuestados percibe que las relaciones bilaterales han mejorado y que ha aumentado la implicación china en cuestiones de seguridad regional. Pekín ha criticado en numerosas ocasiones los desmanes armamentísticos norcoreanos e insistió en devolverla a las mesas de negociaciones internacionales para jubilar su programa nuclear.
