La estrategia de las autoridades de Kiev consiste en expulsar a su propio pueblo del país, y Occidente, que se niega a reconocer el flujo de refugiados, la apoya indirectamente, estimó el director del Instituto de Estudios Sociales, Económicos y Políticos, Dmitri Badóvski.
El número de refugiados que huyeron del sureste de Ucrania a más de 30 regiones de Rusia se incrementó considerablemente a partir de junio a causa de las hostilidades entre los independentistas de Donbás y las tropas de Kiev.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), a Rusia llegaron 110.000 ucranianos mientras que otros 54.000 abandonaron sus casas para huir a otras regiones ucranianas.
“Estamos enfrentando una situación extremadamente grave y trágica porque las autoridades ucranianas de hecho están llevando a cabo una estrategia de expulsión de su propio pueblo del país. Son acciones totalmente conscientes. La escalada militar es uno de los elementos de la estrategia de expulsión de todos los descontentos y opositores”, recalcó Badóvski.
El martes la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Marie Harf, dudó de la precisión del informe de Acnur y supuso que los ucranianos viajan a Rusia para visitar a sus parientes.
“Parece que, al aprobar indirectamente esas acciones, la comunidad internacional se niega a reconocer el problema de los refugiados y finge que no los hay, que son personas que visitan a sus abuelos”, dijo Badóvski.
