El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Valentín Naliváichenko, ordenó a la dirección del ente para la provincia de Odesa que disperse en el transcurso de pocos días las protestas contra el nuevo Gobierno de Kiev, declaró a Nóvosti una fuente de las fuerzas del orden ucranianas.
El pasado viernes, más de 40 personas murieron y unas 200 resultaron heridas en Odesa, en el sur de Ucrania, durante enfrentamientos entre partidarios de la federalización y activistas radicales, incluidos hinchas de fútbol y miembros del grupo Pravy Sektor. La mayoría de las víctimas mortales fueron resultado del incendio en la Casa de los Sindicatos donde se habían refugiado los adversarios del actual Gobierno en Kiev tras choques callejeros.
“Naliváichenko ordenó al jefe de la dirección del Servicio de Seguridad para la provincia de Odesa crear en los próximos días las condiciones para llevar a cabo una operación especial en la ciudad a fin de reprimir completamente a los prorrusos”, dijo la fuente a esta agencia.
Añadió que para conseguirlo “se ordenó infiltrar en sus filas a agentes para provocar disturbios, incluido el próximo 9 de mayo (Día de la Victoria), así como recopilar pruebas de que reciben armas y dinero de Moscú a través de las iglesias del patriarcado ruso en la provincia de Odesa”.
La fuente indicó además que en la dispersión de los disturbios incitados participarán los militantes del ultranacionalista Pravy Sektor, “que se harán pasar por vecinos indignados”, y unidades especiales del Interior.
