El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon acusó al Ejército y los rebeldes de Sudán del Sur de robar la ayuda humanitaria que entra en el país sumido en una guerra civil.
El jefe de la ONU expresó su malestar con los incesantes secuestros de caravanas con víveres y otros artículos de primera necesidad que la comunidad internacional envía al país africano.
Según la organización, esos atracos son obra tanto en las tropas gubernamentales como en las milicias.
Además, la ONU mostró su preocupación por el creciente número de víctimas civiles a causa de la crisis política en Sudán del Sur, que solo ayer se cobró la vida de unas 200 personas que naufragaron en el Nilo Blanco al intentar escapar de los enfrentamientos en la ciudad de Malakal.
Los choques entre militares pertenecientes a distintos grupos tribales comenzaron la noche del 15 de diciembre en la capital, Yuba, y posteriormente se extendieron a otras zonas, obligando a huir del país a 10.000 personas.
El presidente sursudanés, Salva Kiir, y el líder rebelde Riek Machar pactaron un alto el fuego para preparar las negociaciones de paz. A principios de este mes, representantes de ambas partes del conflicto comenzaron oficialmente el diálogo directo en la capital de Etiopía, Adis Abeba.
