La organización de derechos humanos Index on Censorship exige revisión de la condena al soldado estadounidense Bradley Manning, sentenciado el miércoles a 35 años de cárcel por haber filtrado documentos clasificados de EEUU.
“Esta condena es, lamentablemente, otra muestra de la crueldad que Manning ha sufrido a manos del Gobierno de EEUU. Index condena rotundamente la sentencia del tribunal e insiste que sea revisada por las correspondientes instancias judiciales”, declaró la directora ejecutiva de la organización, Kirsty Hughes.
Añadió que el caso Manning es una señal a los informadores de que “no estarán protegidos si desvelan los peores abusos del poder”.
La ONG estadounidense Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa también expresó su preocupación por la sentencia a Manning.
“Siempre nos preocupa cuando se dicta un fallo por la divulgación de la información de interés público”, declaró el abogado de la organización, Gregg Leslie. “Siempre será una forma de ejercer presión e intimidar a los denunciadores”, añadió.
Manning, de 25 años, se enfrentaba a una pena máxima de 90 años de cárcel por más de 20 delitos, entre ellos espionaje, robo y fraude informático. La semana pasada, el exanalista militar de EEUU se disculpó por el daño causado a su país por la entrega de más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks.
Nada más conocerse la noticia, la Cancillería rusa manifestó a través de un comunicado que la condena a Manning, aparte de ser una muestra de "doble rasero", no hace más que demostrar el carácter infundado de la aspiración de EEUU de proclamarse líder en el ámbito de los derechos humanos.
Según la nota, Manning destapó las infracciones cometidas por militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que ya denunciaban muchas organizaciones de derechos humanos. Añade que a pesar de todo el revuelo causado por las filtraciones, nadie en EEUU fue procesado en relación con esos abusos.
