El Gobierno surcoreano dispone de informaciones de que Corea del Norte podría estar preparando su cuarta prueba nuclear, informó este lunes el diario JoongAng Ilbo citando a un alto cargo del Ejecutivo.
Según explicó la fuente, se detectó un “aumento de la actividad del personal y vehículos en las proximidades del túnel sur de la base nuclear de Punggye Ri”, la misma en la que Pyongyang realizó su tercer ensayo el pasado 12 de febrero.
“Estamos analizando si realmente se está preparando una nueva prueba o es solamente una forma de presionar a Seúl y Washington”, indicó, al destacar que las “actividades detectadas son muy parecidas a las que se llevaron a cabo de cara a la tercera prueba” nuclear.
Por otro lado, Corea del Sur “se prepara intensamente” también ante el riesgo de un nuevo ensayo balístico norcoreano que podría tener lugar el próximo miércoles 10 de abril o incluso antes, anunció la víspera Kim Jang-Soo, asesor de seguridad nacional de la presidenta surcoreana. El propio Pyongyang ya advirtió de que a partir de esa fecha no podrá garantizar la seguridad de los diplomáticos extranjeros y les sugirió que abandonaran el país.
“Aunque en estos momentos no existen indicios de una guerra abierta, Corea del Norte debe prepararse para las medidas de respuesta por parte del Sur en caso de una contienda local”, declaró el asesor presidencial, quien entre 2006 y 2008 estuvo al frente del Ministerio de Defensa. Según Seúl, su vecino del norte trasladó la semana pasada a su costa oriental dos misiles de alcance medio que podría utilizar para una nueva prueba balística.
Además, Corea del Sur evacuó a los diez sanitarios surcoreanos que trabajaban en la zona industrial conjunta de Kaesong en territorio norcoreano. La semana pasada, el régimen de Pyongyang prohibió la entrada de trabajadores surcoreanos en la zona, lo cual, según Seúl, ha provocado la escasez de artículos de primera necesidad.
Por su parte, Pyongyang anunció este lunes los planes de suspender las actividades en Kaesong, único proyecto de cooperación entre los dos países, y de estudiar su cierre definitivo, al tiempo que acusó al Gobierno surcoreano de intentar convertir el complejo industrial conjunto en una “zona de conflicto”.
Entretanto, la escalada de tensión en la península coreana obligó al general James Thurman, comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, a suspender su viaje a EEUU previsto para esta semana. El general tenía que comparecer ante el Congreso para informar sobre la situación entre las dos Coreas.
“Teniendo en consideración la situación actual, el general Thurman permanecerá esta semana en Seúl como medida de precaución”, explicó la portavoz del comandante. Anteriormente, el conflicto con Pyongyang también hizo que el Pentágono aplazara a mayo un ensayo balístico previsto para los próximos días, para evitar así “posibles malentendidos” con el país comunista.
La tensión en la península de Corea se disparó después de que, en respuesta a ejercicios militares de Washington y Seúl, Pyongyang renunciara a los acuerdos de no agresión y desarme nuclear, anulara el armisticio de 1953 y se declarara en estado de guerra.
El pasado martes, el régimen comunista anunció además que volverá a activar su reactor de Yongbyon parado desde 2007 como parte de un acuerdo sobre el desarme nuclear, y dos días después, amenazó a EEUU con un ataque nuclear.
