El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, amenaza con abortar las elecciones presidenciales de junio próximo, si el Consejo de Guardianes de la Constitución margina a su “mano derecha”, Esfandiar Rahim Mashaei, escribe hoy el diario británico The Times en referencia a una carta publicada en la web de Ahmadineyad el pasado fin de semana.
“Si el procedimiento electoral no se somete a una revisión y los candidatos llegan a ser descalificados sin razones fundadas, declararé inválidas las elecciones”, advirtió Ahmadineyad en aquella carta.
La aprobación de pretendientes para la presidencia iraní incumbe al Consejo de Guardianes que incluye a seis teólogos nombrados por el líder supremo del país, ayatolá Ali Jamenei, y seis juristas designados por el Parlamento.
Ahmadineyad y Jamenei mantienen un largo conflicto, así que la prensa no descarta que el Consejo excluya a Mashaei, actual jefe del Gabinete de la Presidencia, de la lista de candidatos que se dará a conocer en mayo próximo, un mes antes de las elecciones.
Por su parte, Ahmadineyad realmente está en condiciones de invalidar los comicios porque controla el Ministerio del Interior al que incumbe la organización del proceso electoral. Se sospecha que este departamento falseó los resultados de las elecciones de 2009, en las que Ahmadineyad logró la reválida.
Conforme a la Constitución en vigor, el presidente de Irán no puede permanecer en el cargo durante más de dos plazos consecutivos pero tiene derecho a la relección tras un receso de cuatro años. Los conservadores religiosos agrupados en torno a Jamenei temen que Ahmadineyad mantenga su protagonismo en la vida política de Irán y vuelva a la presidencia en 2017, si Mashaei gana los comicios de junio opróximo.
Según otras versiones, Ahmadineyad no es más que un títere en las manos de Mashaei a quien los conservadores religiosos reprochan también la afición al nacionalismo persa, una actitud de tolerancia hacia Israel, el desprecio por los valores del Islam y hasta relaciones con los “brujos”.
Jamenei no descartó anteriormente que, una vez terminado el segundo mandato de Ahmadineyad, el cargo de presidente en Irán se suprima y el dirigente del país sea nombrado por el Parlamento.
