Los enfrentamientos entre partidarios y opositores del presidente de Egipto, Mohamed Mursi, a raíz de su reciente Declaración Constitucional, se saldaron el domingo con la muerte de un joven de 15 años de edad.
El adolescente, seguidor del movimiento Hermanos Musulmanes, del cual Mursi fue uno de los líderes antes de su elección como presidente del país, falleció en la ciudad de Damanhur, norte de Egipto, a raíz de un “traumatismo con objeto romo en la cabeza” que sufrió mientras estaba frente a la sede local de la organización islamista.
Los Hermanos Musulmanes llaman a la venganza por la muerte del joven.
Grupos juveniles radicales, que se oponen rotundamente a la nueva Declaración Constitucional, que otorga al actual presidente poderes extraordinarios en materia legislativa, sustrae del control judicial la elaboración de la nueva Carta Magna y hace irrecurribles los decretos emitidos por Mursi desde el comienzo de su mandato, asaltan las oficinas de los Hermanos Musulmanes en todo el país lo que ha causado ya centenares de heridos en varias ciudades egipcias.
Mientras, la coalición liberal-demócrata expresa su protesta de forma pacífica, acampada en la emblemática plaza Tahrir en El Cairo. Los liberales se declararon en huelga hasta que sea abolida la “dictatorial declaración constitucional” y disuelta la comisión constitucional.
Para el martes, los movimientos laicos tienen prevista una nueva “manifestación millonaria” contra lo que tachan de “golpe de estado” protagonizado por Mursi.
