El comandante del Ejército Libre Sirio (ELS, brazo armado de la oposición de Siria), coronel Riyad al Asad, declaró hoy que no queda ninguna posibilidad de conseguir un arreglo político de la crisis en el país, informó el rotativo argelino Al Habar.
“Los combates que está librando actualmente el Ejército Libre Sirio continuarán hasta el derrocamiento del régimen de Asad”, dijo.
El coronel cargó sobre las autoridades sirias la responsabilidad por el fracaso del plan de arreglo en Siria del enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan.
Afirmó que los destacamentos del ELS, al cumplir el compromiso del cese del fuego de acuerdo con el plan de Annan, “se vieron obligados a volver a empuñar las armas para cesar el derramamiento de sangre y defender a la población civil contra los ataques por parte de las tropas gubernamentales”.
El comandante rechazó categóricamente la idea de garantizar la seguridad al presidente Bashar Asad en el caso de su dimisión voluntaria. Dijo que debe comparecer ante el tribunal por los crímenes cometidos contra el pueblo sirio, por las matanzas y la sangre derramada.
El coronel refutó la noticia de prensa sobre la retirada de los destacamentos del ELS de Damasco. Dijo que se trata de una maniobra táctica, pero no de una derrota en la lucha contra el régimen.
Su declaración sobre la necesidad de continuar la lucha armada y la negativa de buscar un arreglo político de la crisis es una reacción del ELS a la reunión en Qatar del 23 de julio del Comité Especial de la Liga Árabe sobre arreglo en Siria.
El documento final de esa reunión dice que hace falta acometer la formación de un Gobierno de transición con participación de la oposición interna y exterior, representantes del Ejército Libre Sirio y de la administración actual. Los cancilleres de los países árabes reunidos en Doha instaron al presidente sirio Bashar Asad a presentar la dimisión, prometiendo a cambio de eso garantizar la seguridad a él y su familia en su salida de Siria.
Los enfrentamientos entre la oposición armada y las fuerzas leales a Asad causaron más de 17.000 víctimas desde marzo de 2011, según declaró el 19 de julio el presidente de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, Néstor Osorio, embajador de Colombia ante Naciones Unidas.
Los países occidentales insisten en la dimisión de Asad, sosteniendo que eso llevará al cese de la violencia. Pero Rusia y China temen que tal desarrollo de la situación provoque una guerra civil y hasta un conflicto regional.
