Al menos 22 personas murieron anoche en combates entre grupos étnicos rivales en la ciudad paquistaní de Karachi, informó hoy la cadena Geo-TV.
Asesinatos y tiroteos se produjeron en varios distritos de la cuidad, una comisaría de policía fue atacada.
Entre los fallecidos hay un exdiputado de la asamblea nacional, Waja Karim Dad.
Actualmente, militares patrullan las calles de la cuidad mientras que las autoridades introdujeron un toque de queda en ciertos distritos de Karachi y anunciaron su intención de poner fin a “la guerra callejera”.
En el marco de las medidas para prevenir la violencia, las autoridades prohibieron a los motociclistas transportar pasajeros en el asiento trasero, a excepción de mujeres y ancianos, debido a que muchos asesinatos callejeros son realizados por terroristas que abren fuego desde el asiento trasero de motocicleta.
El pasado 9 de agosto la policía anuló las licencias de armas y prohibió su venta. Las licencias para armas adquiridas antes de la fecha serán vigentes hasta el próximo 31 de agosto, luego se introducirá otro tipo de permisos con la inclusión obligatoria en una base computerizada.
Desde hace varios años, Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán y una de las más pobladas del mundo con sus 15 millones de habitantes, es escenario de violentos choques entre bandas criminales, así como enfrentamientos entre pastunes y los llamados mohajir, musulmanes que huyeron a Pakistán tras la partición de la India Británica y sus descendientes.
Los mohajir acusan a los pastunes de intentar hacerse con los sectores locales de comercio y construcción empleando métodos violentos. También expresan preocupación por el creciente número de seguidores del movimiento Talibán entre los pastunes.
Por su parte, los pastunes afirman sufrir discriminación étnica a la hora de buscar trabajo y vivienda.
Los enfrentamientos étnicos en Karachi se llevaron la vida a más de un millar de personas en el transcurso del año.
