Más de una treintena de civiles, incluidos varios niños, perdieron la vida en Latakia desde el pasado sábado, día en que las fuerzas de seguridad sirias comenzaron una operación para aplastar las protestas en esta ciudad costera, informaron defensores de los derechos humanos.
La mayoría de las víctimas eran residentes de los barrios de Ain al Tamra y Al Kousur donde se están produciendo choques sin precedentes entre las tropas gubernamentales y los manifestantes. Según testigos presenciales, varias unidades del Ejército sirio se pasaron a la oposición y ahora luchan contra sus antiguos compañeros en las calles de Latakia.
Al igual que la víspera, esta mañana las zonas residenciales del sur de la ciudad sufrieron ataques desde barcos de guerra. Según informaciones que están llegando, hoy en Latakia también irrumpieron tanques y blindados que bloquearon las principales calles y plazas para impedir nuevas protestas multitudinarias.
Por su parte, la agencia oficial SANA informó este lunes que dos policías murieron y más de 40 soldados fueron hospitalizados con heridas de bala en las últimas 24 horas de la “operación contra grupos terroristas” en Latakia.
Las autoridades siria afirman también que no hubo disparos contra barrios residenciales desde los barcos de guerra que se concentraron frente a las costas de Latakia para “impedir la posible huida de los terroristas por mar, perseguir y detenerlos”.
Desde mediados del pasado marzo, Siria es escenario de multitudinarias protestas que exigen la renuncia del presidente Bashar Asad. Según defensores de los derechos humanos, el balance de muertos en los choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad alcanza ya las 2.000 personas en todo el país.
Por su parte, las autoridades reportan más de 500 militares y policías muertos desde el inicio de las revueltas provocadas, según el Gobierno, por “grupos terroristas armados”.
