El ministro de Defensa de Francia, Gerard Longuet, declaró en una entrevista al diario Le Figaro que una operación militar en Siria similar a la que se está llevando a cabo en Libia no sería la solución.
A la pregunta sobre una eventual intervención militar extranjera en Siria, Longuet contestó que “la situación siria es totalmente diferente de la libia”.
Opinó que “la organización de la resistencia hace extremadamente difícil una intervención externa”, y además “una operación aérea en Siria no solucionaría nada”.
En la entrevista que el rotativo publica este martes, el ministro galo volvió a criticar a Rusia, China y “otros países” del Consejo de Seguridad de la ONU por rechazar resoluciones de condena contra Siria.
Con su derecho de veto en el Consejo de Seguridad, Rusia y China se oponen a cualquier resolución sobre Damasco que sea similar a la aprobada contra Trípoli y que facilite una intervención externa en el país árabe.
El pasado 8 de junio, Francia junto con Alemania, Portugal y Reino Unido presentaron un proyecto renovado de resolución contra Siria.
La víspera, grupos de manifestantes progubernamentales intentaron asaltar las embajadas de Estados Unidos y Francia en Damasco. Como consecuencia del ataque, resultaron heridos tres empleados de la misión gala.
La causa de la agresión pudo haber sido el viaje de los embajadores francés y estadounidense a la ciudad de Hama envuelta en protestas populares, o también el deterioro de las relaciones entre Siria y los dos países.
Según el embajador de Francia, Eric Chevalier, el ataque contra la embajada gala duró tres horas y media y estuvo protagonizado por personas que “no tenían nada que ver con los manifestantes opositores y estaban bien preparados”.
Los asaltantes rompieron casi todos los cristales blindados de la misión y destruyeron uno de sus vehículos, por lo que el guardia de seguridad se vio obligado a disparar al aire, relató el diplomático.
Desde hace más de tres meses, Siria es escenario de multitudinarias protestas. Según organizaciones de derechos humanos, los choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad han costado ya la vida a más de 1.350 personas.
Por su parte, el Gobierno sirio responsabiliza de la violencia a “grupos extremistas armados” y afirma que los disturbios se saldaron con 340 muertos entre los agentes de seguridad.
