El presidente de Siria, Bashar Asad, declaró hoy que un reducido grupo de saboteadores siembra el caos en el país aprovechándose de las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos.
"Hay que establecer una diferencia entre las manifestaciones pacíficas y las acciones de un reducido grupo de saboteadores que siembra el caos en el país", expresó Asad en un discurso pronunciado en la Universidad de Damasco.
Refiriéndose a las reivindicaciones de los manifestantes, señaló que son justas y que las autoridades "no deben ignorarlas". Al mismo tiempo señaló que la mayoría de la población no participa en manifestaciones por no tener motivación alguna.
En opinión del presidente sirio, el mayor peligro al que puede exponerse el país es el desbarajuste económico. "El debilitamiento o incluso el desbarajuste económico sería el mayor peligro para nosotros".
Muchos observadores consideran que precisamente la economía puede convertirse en el factor que decidirá el destino del régimen sirio. La inestabilidad en Siria ha hecho cortar casi todo el flujo de turistas al país. El comercio quedó paralizado obligando a reducir la producción y proceder a despidos en muchas empresas.
Ha sido la tercera alocución que Asad dirigió al país desde que en marzo estallaron manifestaciones antigubernamentales. Las protestas comenzaron en la ciudad de Deraa y se extendieron a otras regiones de Siria.
El Gobierno responsabiliza de los disturbios a las "bandas armadas apoyadas por fuerzas exteriores" y utiliza al Ejército para restablecer el orden. Según los activistas sirios de derechos humanos, la revuelta ya ha causado más de 1.300 muertos.
