El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, insiste en aumentar la presión política contra el gobierno de Siria para poner fin a la violencia en este país, sacudido por desórdenes desde los mediados del mes pasado de marzo.
“Debemos aumentar la presión política y los llamamientos con el fin de atraer la atención del gobierno sirio para poner fin a la violación e intentar reanudar el diálogo”, dijo Frattini en una rueda de prensa tras reunirse con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.
En el marco de la cita Frattini y Clinton abordaron la situación en Siria, así como el problema de Libia y en total la situación en Oriente Próximo.
El canciller italiano confirmó a Clinton los compromisos asumidos por Roma en todas las misiones internacionales, en las que está involucrado el país europeo.
La semana pasada, embajadores de los 27 países de la UE en Bruselas examinaron las posibles sanciones contra las autoridades sirias.
Fuentes diplomáticas comentaron que aparte del embargo de armas y material antidisturbios, la UE planea congelar los activos de funcionarios sirios, incluido el presidente Bashar al-Asad, considerados responsables de la violencia desatada contra la población civil.
Frattini señaló que en el marco de las sanciones la UE pueda suspender las negociaciones bilaterales sobre la cooperación y prohibir viajes a personas “involucradas a la violación que tuvo lugar las semanas pasadas”.
Las manifestaciones antigubernamentales en Siria estallaron a mediados de marzo, después que fuera arrestado en Deraa un grupo de escolares por escribir consignas antigubernamentales en las fachadas de edificios.
Posteriormente las protestas se propagaron a otras regiones del país, particularmente a las ciudades de Homs, Hama, Latakia, Baniyas y cercanías de Damasco.
El gobierno sirio anunció hace poco un amplio programa de reformas y el levantamiento del estado de emergencia impuesto en 1963, cumpliendo así una de las principales exigencias de la oposición, no obstante las protestas continúan.
Las autoridades sirias afirman que los desórdenes son instigados por “bandidos armados” que cuentan con el apoyo de “fuerzas externas”.
Según la oposición siria, los choques entre los manifestantes y las fuerzas del orden ya han causado más de 500 muertos, de acuerdo a las cifras oficiales de la agencia SANA han muerto 70 civiles, 78 soldados y policías.
