China prepara una ley que prohibirá completamente fumar en recintos cerrados, lo restringirá en el exterior e impondrá multas a los infractores y a quienes lo permitan, según la agencia oficial.
La nueva normativa intentará poner fin al paraíso para los fumadores que es el país asiático, que cuenta con 300 millones de consumidores y 740 millones de fumadores pasivos.
En el mayor mercado mundial de producción y consumo de tabaco es habitual que se fume en hospitales, restaurantes o ascensores o encontrar ceniceros al lado de letreros que lo prohíben. El tabaco es aún extremadamente barato, a pesar de las recomendaciones para subir los impuestos, y forma parte de la cortesía regalarlo en las bodas u ofrecerlo como gesto de amistad.
El borrador de la ley, publicado en la oficina de asuntos legales del Consejo de Estado, está pendiente de un periodo de consulta pública antes de ser tramitada su aprobación.
El proyecto prohíbe fumar en cualquier lugar cubierto y también en los exteriores de guarderías, colegios, institutos, gimnasios y hospitales para niños y mujeres.
Los responsables de estos centros deberán llamar a la policía si alguien infringe las normas y afrontarán sanciones si no lo hacen. Los fumadores que enciendan un cigarrillo en áreas prohibidas serán multados con hasta 500 yuanes (81 dólares).
También prohíbe vender tabaco a menores de edad y por primera vez obligará a los fabricantes a alertar de los peligros de fumar en las cajetillas.
La normativa supone un giro radical y evidencia la nueva sensibilidad de un país tradicionalmente apegado al cigarrillo.
Aún existen escuelas que reciben fondos de empresas tabacaleras que incluyen publicidad de su producto y en las zonas rurales muchos desconocen los peligros de la adicción.
Líderes históricos como Deng Xiaoping o Mao Zedong fueron fumadores empedernidos que tuvieron largas vidas, lo que relativizado se percepción nociva.
Una encuesta reciente revelaba que el 90 % de los pequineses apoyaban la prohibición de fumar en el interior.
Pero los esfuerzos de atajar el consumo se enfrentan tradicionalmente en China a la poderosa industria tabacalera.
Las arcas públicas tienen una alta dependencia de los impuestos a los fabricantes de tabaco. El pasado año alcanzaron los 816 mil millones de yuanes (131 mil millones de dólares), con un incremento anual del 14%.
