El representante en Reino Unido e Irlanda del gobierno autonómico catalán, Josep Suàrez, reconoce el "gran valor político" de la consulta independentista extraoficial del pasado 9 de noviembre, que acercó a las urnas a más de 2,3 millones de electores catalanes.
"Ha llegado la hora de la política, no de la justicia", declara a Nóvosti en Londres.
El delegado de la Generalitat fue "un voluntario más" entre los 26 residentes catalanes en Reino Unido que organizaron el proceso participativo en Londres.
"Fue un día histórico para mí. Nunca pensé que lo vería", afirma en su despacho de Fleet Street, la antaño calle de la prensa británica.
Suárez responsabiliza al presidente español Mariano Rajoy de "provocar el incremento del independentismo" en Cataluña, cuando siendo líder de la oposición en el Partido Popular puso en marcha un recurso constitucional contra el Estatuto autonómico de 2006.
"Rajoy utilizó Cataluña para ganar a los socialistas", dijo desvelando toda una estrategia política, "fue una acción maquiavélica y la gota que colmó el vaso", sentenció.
"Tanto su partido como la derecha conservadora son los responsables de que la mayoría de catalanes pensemos que no se puede estar en España; se puede estar en una España democrática, pero no en esta España", denuncia.
El representante catalán, que fue observador en el referéndum independentista escocés, admira la tradición democrática de Reino Unido y siente "envidia sana" por Escocia.
"David Cameron", dice refiriéndose al primer ministro conservador británico, "no tenía obligación de permitir el referéndum, pudo oponerse pero, como buen demócrata, lo aceptó y marcó la pauta del proceso, con ello ha conseguido que Escocia haya aprobado mantenerse dentro de la Unión".
"Hoy día", añade en declaraciones a esta agencia, "valen más las urnas y la expresión de la gente que las normas, las leyes o las constituciones".
El 9N votaron en la delegación de Londres 2.947 personas, una cifra por encima de las más optimistas proyecciones.
También se registró en la sede de Fleet Street, en las puertas de la City londinense, la participación más elevada de los 19 puntos de votación en el extranjero, que sumaron un total de 13.573 papeletas.
De acuerdo con los datos del gobierno autónomo, el 80% de los participantes en la consulta apostó por la independencia. Para Suàrez, el 9N ha disipado las dudas sobre el número de catalanes que "desea cambiar el statu quo y buscar una alternativa a la situación actual".
"Pedimos a Rajoy diálogo y un acuerdo hacer el referéndum", recalca sobre un paso que ya ha dado el presidente catalán Arthur Mas.
"Se deben tener en cuenta nuestras ideas", recalca en su despacho oficial.
Suàrez no tiene miedo a una potencial querella por dirigir la encuesta en Londres.
Precisamente el proceso se organizó con voluntarios en precaución a represalias judiciales del Gobierno español o del resto de los partidos que no son partidarios de la independencia.
"Si son inteligentes no habrá querellas. Solo les falta hacer mártires, eso sería tremendo", observa el representante de la Generalitat.
El jefe de la delegación catalana en Londres se resiste a hacer valoraciones sobre los referendos y consultas llevados a cabo en Crimea y las regiones del este de Ucrania, pero recuerda que el "Derecho a la Autodeterminación forma parte de la Carta de Naciones Unidas y cada cual la aplica como puede".
"Deseo que Ucrania y Rusia lleguen a un acuerdo, buscar la mejor alternativa para la población es lo más importante.
Ojalá lleguen también a un entendimiento que conduzca a una situación en la que puedan tratarse como buenos vecinos", señala en la entrevista con Nóvosti.
La crisis ucraniana provoca a Suárez a reivindicar el carácter pacífico del proceso catalán.
"En mi país, nunca querría que el enfrentamiento implicase muertos, dimitiría ese mismo día", afirma hipotéticamente, "en Catalunya no hay violencia y todas las acciones deben ser pacíficas", resalta por último.
