El primer ministro británico David Cameron ha declarado que no haber accedido a la convocatoria de un referéndum en Escocia "habría sido como esconder la cabeza en la arena".
En declaraciones al diario The Times, Cameron asegura que no se arrepiente de haber dado la oportunidad de votar a los escoceses y admite que sabía desde el principio que el resultado iba a ser "apretado".
"Soy un demócrata y gobierno un país democrático", declara Cameron, a falta de horas para el referéndum del 18 de septiembre. "Una de las naciones que integra el Reino Unido decidió votar por un Gobierno que prometió un referéndum, y ante eso yo tenía dos opciones".
Sostiene Cameron que, de haberse negado a la celebración del referéndum, "el apoyo a la independencia sería ahora mismo incluso mayor". En vez de eso, decidió llegar a un acuerdo con el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, para la celebración de la consulta.
El "premier" británico asegura que el ya conocido como "acuerdo de Edimburgo" permitió la convocatoria de "un referéndum legal, decisivo y justo". Cameron se comprometió a acatar el resultado y prefirió no adelantar qué ocurriría si vence el "sí" ante las noticias sobre un motín en las filas conservadoras para forzar su dimisión si vence la independencia.
El ministro principal escocés, Alex Salmond, ha dirigido entre tanto una carta personal a los escoceses en la antesala a la cita histórica: "Estamos ante el momento de mayor empoderamiento que vamos a tener en nuestras vidas: el futuro de nuestro país puede quedar en nuestras manos (…) No dejáis que esta oportunidad se nos escape de los dedos".
