El Partido Socialista de Brasil (PSB), cuyo cabeza de lista para las elecciones presidenciales del 5 de octubre era el fallecido Eduardo Campos, informó este viernes que no elegirá un nuevo candidato hasta después del entierro de su líder.
El PSB lo expresó así a través de una nota de prensa distribuida a los medios en la que afirmaba que la dirección del partido solo elegirá un nuevo candidato "cuando lo juzgue oportuno y a su exclusivo criterio".
Asimismo, añaden que actualmente tanto los dirigentes como los afiliados y simpatizantes están "de luto y recogidos" y solo piensan en "homenajes al líder que partió".
Diversos miembros de la ejecutiva del PSB como el diputado federal Julio Delgado, comentaron a los periodistas que esta decisión solo se tomará después del entierro de Campos, previsto para este domingo en su estado natal, Pernambuco, si bien la inhumación puede retrasarse si lo hacen las labores de identificación.
De este modo, la dirección del PSB pone fin temporalmente a los diferentes rumores salidos del entorno del partido que sitúan a varias personas en el nuevo liderazgo de la candidatura.
Entre los nombres, el que ha sido repetido con más insistencia es el de Marina Silva, que formaba dupla en la candidatura de Campos de la que formaba parte como aspirante a vicepresidenta.
Silva, ecologista y exministra de Medio Ambiente en el Gobierno de Lula, es una de las dirigentes mejor valoradas por la sociedad brasileña y ya fue candidata en las elecciones de 2010 en las que se enfrentó a su, hasta entonces, compañera de gabinete, Dilma Rousseff.
Para las elecciones que se celebrarán el próximo 5 de octubre, Silva intentó presentarse al frente de un nuevo partido, Red Sustentable, pero su inscripción no llegó a tiempo, por lo que optó por concurrir a los comicios en la candidatura del PSB junto a Eduardo Campos.
Según la ley electoral brasileña el partido tiene diez días desde la muerte de Campos para elegir a su sustituto, un plazo que termina el próximo 23 de agosto.
Para la votación del nuevo candidato el PSB no deberá reunir a todos los afiliados, sino que será suficiente con que la decisión la tomen los órganos de dirección del partido.
