Los exportadores británicos miran al futuro con ansiedad en temor a una escalada de las sanciones comerciales desatadas por el conflicto en Ucrania. Pero, de momento, Reino Unido se siente menos perjudicado que sus socios europeos por la moratoria de un año en la venta a Rusia de productos agrícolas.
“Las sanciones tendrán un impacto menor en el volumen global de exportaciones británicas en proporción con el resto del mundo, pero compañías del sector se verán afectadas”, señala a Nóvosti Trevor Barton, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Rusa-Británica, con sede en Londres.
El Gobierno británico calcula las pérdidas potenciales relacionadas con el régimen sancionador anunciado por Moscú en torno a los 39 millones de libras, equivalente al 0,2% del total de exportaciones de alimentos y bebidas de Reino Unido.
“Todo los empresarios y productores están preocupados. Las sanciones introducen un elemento de imprevisión en sus negocios. Y esto añade una preocupación más en un mercado desafiante, como es Rusia”, explica Barton.
En el ambiente de nerviosismo, el mensaje de la Cámara de Comercio se mantiene positivo. “Las sanciones no afectan a la mayoría de nuestros miembros, que siguen con sus actividades. La situación nos apena porque hace meses el comercio con Rusia avanzaba muy bien. Nosotros no entramos en cuestiones políticas, pero sí analizamos la coyuntura. Y está claro que todavía es posible hacer negocios en y con Rusia”, advierte el director.
