En mayo pasado, la Casa Blanca embargó el suministro de las bombas de racimo CBU-105 que esta compañía basada en Rhode Island planeaba realizar a Arabia Saudí.
La transacción fue objeto de airadas protestas por parte de las ONG como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, que habían documentado el uso de estas bombas en la campaña de bombardeos que la coalición árabe liderada por Riad lleva a cabo en Yemen desde marzo de 2005.
Al descontinuarlas, añadió, la empresa tendrá que reducir la plantilla y consolidar las capacidades productivas.
Las municiones de racimo fueron prohibidas por un acuerdo internacional en 2008 pero los grandes proveedores de material bélico, incluyendo EEUU, Rusia o China, siguen sin firmar la convención correspondiente.