"Los drones usados en Siria, no todos, pero sí muchos de ellos, utilizaron hidrógeno como combustible; es decir, que son capaces de volar durante largo tiempo, produciendo permanentemente hidrógeno, lo que permite un reabastecimiento permanente de energía", indicó.
A finales de septiembre de 2015, Rusia comenzó a petición de Damasco una ofensiva aérea en Siria para detener el avance de los yihadistas.
La operación duró cinco meses y medio y, según Defensa, contribuyó a obstaculizar el suministro de armas y munición a los terroristas, cortar los principales canales del tráfico de petróleo y eliminar a miles de terroristas.
El 15 de marzo de 2016, Moscú comenzó la retirada parcial de su grupo militar de Siria, al dar por cumplida su misión.
Actualmente Rusia mantiene su presencia militar en el puerto sirio de Tartus y en la base aérea de Hmeymim.