Según el contrato, los drones no dependerán de los aeródromos y podrán despegar desde rieles instalados en camiones o buques, y aterrizar mediante paracaídas o planeando.
Sus posibilidades de ofensiva le permitirán llevar al menos dos bombas guiadas estadounidenses GBU-39, maniobrar para evitar los misiles antiaéreos del enemigo y atacar las instalaciones de defensa de su adversario. Además, se prevé la capacidad de derribar blancos aéreos.
El coste del novedoso dron será relativamente bajo, según la empresa: unos tres millones de dólares por unidad si el lote es menor a los 100 drones, y dos millones de dólares por cada unidad si el pedido supera las 100 unidades.
Los expertos vaticinan que la maniobrabilidad y la capacidad de aniquilar los aviones enemigos le harán un análogo no tripulado y económico del caza F-16. Recordaron que los drones contemporáneos realizan tareas de reconocimiento y supervisión, y llevan a cabo golpes de precisión, pero tienen sus desventajas: lentitud y escasa maniobrabilidad.
Si el nuevo dron logra resolver estos problemas, será un verdadero paso adelante en el ámbito de drones de combate, comentó el portal ruso PopMech.