Los rayos láser no se ven afectados por la atmosfera terrestre, por cortinas de humo o por el vapor, razón por la cual un módulo láser puede con facilidad estropear el sistema óptico de un satélite enemigo, convirtiéndolo instantáneamente en chatarra especial.
Sin embargo, los láseres no son usados únicamente como armas, sino también para la creación de miras de corto y largo alcance.
Uno de los sistemas de mira láser más tecnológicos es el Sistema Multicanal de Guiado por Haz de Láser (LSN, por sus siglas en ruso), usado con éxito en los helicópteros Ka-52, Mi-8MNP y MI-28N. Este sistema garantiza una altísima precisión en el uso de distinta clase de misiles, además de poder ser operado manual o automáticamente.
Rusia ha tenido experiencias usando estos sistemas en tierra. Así en 1982, la Unión Soviética desarrolló sistemas láser que servían para inutilizar mecanismos ópticos y electrónicos del enemigo.
Entre los sistemas más famosos, producidos en serie, se encuentran el 'Stilet' y el 'Sangvin' soviéticos. Este último podía destruir objetivos en el aire a una distancia de diez kilómetros. En 1990 Rusia desarrolló el sistema láser 'Szhatie', un módulo de combate automatizado, que a pesar de sus capacidades militares no fue desarrollado en serie.