“La fase de diseño de este proyecto está completa y ahora pasamos a trabajar en los planos y en la parte material para realizar las pruebas”, declaró a la prensa el general de las Fuerzas Rusas de Misiles Estratégicos, Serguéi Karakaev.
Este proyecto se enmarca en las medidas de respuesta al programa de Rápido Ataque Global de EEUU, que permite en una hora atacar cualquier punto en la tierra.
La retirada del antecesor soviético de este sistema se llevó a cabo en 2005 como parte de las obligaciones del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), firmado en 1993 por los entonces presidentes Bill Clinton de EEUU y Borís Yeltsin de Rusia.
El nuevo acuerdo START-3 no prohíbe la construcción de nuevos sistemas de misiles, incluyendo los sistemas de misiles ferroviarios.