Al entrar al local destacó lo espacioso y limpio que estaba el lugar.
Asimismo señaló la posibilidad de realizar un pedido en varios idiomas extranjeros, incluido el inglés, en las terminales de pedidos. Indicó que la variedad de platos de pescado es mucho mayor que en EEUU. Además, destacó la sección del menú dedicado a la comida italiana, aunque confesó que esperaba platos "de ingredientes típicos rusos".
"Esperaba ver algunos platos del menú de comida rusa estereotípica, como una hamburguesa de caviar o McFlurries con vodka", escribió.
Su pedido de una hamburguesa, un refresco y papas le costó tres veces más barato que en EEUU. La hamburguesa le pareció más fresca y sabrosa que en un McDonald's estadounidense.
La periodista también observó el Wi-Fi gratuito, la falta de necesidad de introducir el código en la entrada al baño y una zona "limpia y cómoda" con mesas en el exterior del restaurante.