Se trata del colegio Jules-Ferry de Crêts en Belledonne, un pequeño pueblo de montaña de 3.379 habitantes, donde los alumnos organizaron una acción de protesta contra el cierre de una de las 11 clases de la escuela.
El alcalde del pueblo, Jean-Louis Maret, ha validado oficialmente la matrícula de los animales.
"La educación nacional es, desafortunadamente, nada más que números. Y ahora, con este aumento en el número, estamos bien. Podemos ir a ver al director de la academia para hacer valer nuestros derechos y salvar nuestra clase", ironizó una de las madres de los alumnos.
Los niños de la escuela aceptaron muy bien a sus nuevos compañeros: "¡Tener ovejas en la escuela es genial! Estoy lista para aceptar a una o dos en mi clase. Estoy segura de que funcionará bien", dijo una pequeña estudiante de 8 años.