A primera vista podría parecer que son errores sin importancia, pero cualquiera de ellos puede hacer que el salto se convierta en un desastre, explica el autor del artículo, un paracaidista profesional, para el medio The Aviationist.
En el vídeo se ve cómo el primer militar parece pensar que está saltando desde una puerta lateral, a pesar de que en realidad esté saliendo por la rampilla trasera de un avión.
El segundo parece estar dando un salto libre en lugar de uno con cable estático que es el que abre su paracaídas. Lo más probable es que le saliera todo bien, pero seguramente el paracaídas al abrirse se le habrá dado la vuelta.
Las cosas le fueron verdaderamente mal al cuarto paracaidista, que se 'cayó de bruces'. Es difícil decir por qué le ocurrió eso, pero una cosa está clara: aparte de ser un fracaso, este salto también fue realmente peligroso.
La razón es que se cayó sobre el paracaídas auxiliar que podría haberse abierto. De tal modo, se quedaría enredado entre el paracaídas principal con unas consecuencias catastróficas.
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El quinto abrió demasiado las piernas, lo cual no es recomendable al realizar saltos con paracaídas anclados a un cable estático. El autor explica que en estos casos se debe mantener una posición con las piernas cerradas para que el paracaídas no se abra entre las piernas.
Parece que el sexto saltador decide sentarse un poco para decidir si vale la pena saltar. Pero sus reflexiones se acabaron cuando alguien detrás le grita para que salte de una vez.
Después de dos saltos relativamente decentes vino la 'hora estelar' del noveno paracaidista que primero aterrizó con su trasero sobre la rampilla antes de caer aleteando con sus brazos como si fuera un pájaro.
Estos paracaidistas grabaron un documental de 32 segundos que muestra cómo no se debe saltar en paracaídas, concluye el autor del artículo.
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