El capitán de la embarcación, que llevaba casi 1.500 toneladas de bobinas de acero, desvió su rumbo y se estrelló contra el concurrido puente.
El accidente no produjo víctimas. No obstante, el puente resultó dañado y tiene un agujero de cinco metros.
Tras detener a la tripulación del buque, los funcionarios de la Guardia Costera de Corea (KCG) constataron que el nivel de alcohol en la sangre del capitán ruso era de 0,086%, tres veces más alto que el límite legal.
Beber alcohol a bordo de la embarcación no está prohibido por la ley, siempre y cuando quien lo haya hecho no esté a cargo del barco.
La Guardia Costera aún no ha determinado si era el capitán quien estaba al mando en el momento del accidente.
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